Fobia de impulsión: «Me da miedo hacer daño a mi bebé»

«¿Cómo puede ser que me esté pasando esto a mí? ¿Me estoy volviendo loca? ¿Quedarme sola con mi bebé? ¡Ni de broma, me da miedo hacerle daño! ¿Cómo le cuento esto a alguien? Me da vergüenza contar lo que me pasa, no sé qué pensarán de mí… quizá sí que me estoy volviendo loca…

Hace seis meses tuve a mi bebé, y hace ya varias semanas que no abro las ventanas de casa y evito quedarme mucho rato a solas con él… me invade un pensamiento, una idea que me aterroriza, me pone los pelos de punta y no me deja disfrutar de mi bebé… que ¿qué es lo que pienso? Que puedo querer hacerle daño. Veo peligros por todas partes, pero el peligro más grande soy yo. Me da miedo volverme loca, tener una ventana cerca y tirarlo, o ahogarlo con una almohada… Me siento muy culpable, tengo mucho miedo, todo el día con ansiedad, especialmente cuando estamos a solas. No quiero hacerle daño pero me da miedo la posibilidad de poder hacerlo… ¿qué me está pasando?»

Seguramente si nunca antes habías oído algo igual, o no lo has vivido personalmente, te puede parecer algo extraño, una barbaridad o una locura. Es inevitable sentirnos sobrecogidas al escuchar o al leer un testimonio como éste.

¿Habías oído hablar de la fobia de impulsión?

La fobia de impulsión no es exclusiva de la maternidad, y se caracteriza por el miedo a poder hacerle daño a alguien o a una misma. Esto radica en el miedo a perder el control, a volverse loca y hacer algo que conscientemente no es racional. Es decir, son pensamientos irracionales e intrusivos que provocan mucho malestar y ansiedad, y pueden generar un círculo obsesivo complicado.

Pero hagamos una pausa: hay que diferenciar ese miedo a perder el control y a volverse loca, del miedo como emoción básica. Es decir, el miedo es una emoción adaptativa que nos prepara para la supervivencia, de hecho si no tuviéramos miedo, no huiríamos del peligro. Por ejemplo, tener miedo de que bajando las escaleras con el bebé en brazos, se me pueda resbalar y se caiga, NO es fobia de impulsión. Cargar al bebé en la mochila de porteo y temer por si se me cae, NO es fobia de impulsión.

En la fobia de impulsión, la particularidad del miedo es que la percepción de peligro proviene de unx mismx, en los ejemplos anteriores sería fobia de impulsión si bajando las escaleras pensara que puedo tirarlo por las escaleras, o que cargándolo en la mochila podría tirarlo al suelo. ¿Se entiende la diferencia? Cuando ésto ocurre, los pensamientos se intensifican, se vuelven recurrentes y aumentan los niveles de ansiedad. Es decir, en la maternidad ese miedo se dirige a el miedo a hacerle daño a nuestro bebé, no por accidente sino por si me vuelvo loca, pierdo el control y lo hago

Puede ocurrir que si empezamos a tener estos pensamientos, veamos como vamos creando mecanismos de protección para evitar la posibilidad de hacerle daño a nuestro bebé: desde cerrar las persianas de las ventanas por si enloquezco y lo tiro, hasta esconder los cuchillos de la cocina por si puedo hacerle daño, entre otras… 

Si nos sentimos así, es importante que entendamos que esto es algo que no sólo nos pasa a nosotras, es algo más habitual de lo que pensamos y hay diferentes grados de gravedad, aunque, como hemos dicho, hasta ahora se ha mantenido el silencio al respecto. Recordad que los pensamientos son solo eso, pensamientos, pensarlo no quiere decir que vayan a hacerse realidad, y que vayan a convertirse en acciones.

Y, ¿qué podemos hacer si nos sentimos así? En primer lugar, hablar en un contexto donde nos podamos sentir escuchadas, no juzgadas. No estamos locas, merecemos y necesitamos poder expresar lo que nos sucede. Una vez tengamos este espacio donde poder sentirnos acogidas, sería importante hacer una valoración por un/a profesional especializado/a en salud mental, para si es necesario, empezar con el tratamiento indicado en cada caso particular. 

No lo dejes pasar, rompe el silencio y pide ayuda, no estás sola.

Helena Angel
Psicóloga perinatal